Un rodeo eficiente y sustentable en un campo agricola
En Oncativo, una cabaña de Angus desafía el predominio agrícola para producir reproductores de alta calidad. La Jornada a Campo mostró ganadería y agricultura en un ecosistema equilibrado.
En un campo ubicado en Oncativo, en el centro de Córdoba, región en donde predomina la agricultura y la ganadería parecía haber cedido terreno, un emprendimiento familiar mantiene la tradición de la producción mixta como un testimonio de "disciplina y pasión" en la cría de Angus.
La cabaña La Glicina logró lo que muchos consideraban improbable: combinar la producción de granos con una ganadería de excelencia, demostrando que ambos pueden coexistir y potenciarse mutuamente, tal cual lo resaltó el presidente del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna, Jorge Grimberg: "En esta zona en donde predomina la agricultura se muestra la ganadería en su máxima expresión mostrando la genética argentina, que es la mejor del mundo".
El establecimiento y su manejo se mostraron en una Jornada a Campo del IPCVA que tuvo como lema "Cómo lograr un rodeo eficiente y sustentable". La Glicina cuenta con una superficie de 102 hectáreas divididas por igual entre las dos actividades en una rotación anual entre granos y pasturas que se realiza sembrando verdeos sobre rastrojos de soja y maíz. En el sector ganadero, casi la totalidad es alfalfa y hacen rotaciones con sorgo, moha, centeno y avena. "Aprovechamos la totalidad de la superficie todo el año", señaló su propietario, Néstor Scarponi.
El enfoque de La Glicina es que "la fábrica a cielo abierto produzca con eficiencia las herramientas para lograr un producto final mejorado y destacado: toros y vaquillonas a campo". Esto se hace con un modelo en el cual los animales están en contacto permanente con las personas, lo que fomenta su docilidad.
"Ese manejo armónico permite que los animales expresen todo su potencial genético, respaldados por una dieta equilibrada basada en pasturas, que optimiza su desarrollo anatómico y sanitario", así lo definió la veterinaria Melina Scarponi.
Para explicar la convicción en volver a la ganadería, la respuesta pasa por tener estabilidad económica y ambiental. Más concretamente, Néstor subrayó: "La vaca está constantemente dándote algo, porque el ingreso que genera el ganado es una inversión a largo plazo".
En este sentido, explicó cómo combinan cada actividad: la producción de granos ocupa los mejores lotes mientras que la ganadería, integrada en el sistema, mejora la productividad de carne y añade valor a los granos producidos. "En suelos agrícolas obtendremos mayor productividad de carne, flexibilidad y diversificación".
El pastoreo rotativo intensivo permite hacer un uso excelente del pasto, regulando cargas, rotando las parcelas en conjunto con el ganado, adecuando la eficiencia de cosecha, permitiendo descansos y mejorando así el ecosistema. Si hace falta más implementan una suplementación energética estratégica y suplementación de forrajes de calidad.
En la selección de los futuros reproductores, La Glicina pone especial énfasis en mantener los parámetros raciales de Angus, sin descuidar los índices productivos, reproductivos y funcionales. En el caso de los toros, dependiendo de la disponibilidad forrajera y del clima, logran entre 20 y 30 al año.
Melina destacó que lograron un rodeo de madres fértiles, longevas y con aptitud materna, cuidando su crecimiento bajo mínimas intervenciones e insumos externos aplicados acordes a las deficiencias de los suelos y aguas donde se crían y desarrollan.
La vaca, con una alimentación de bajo costo, produce un alimento de alto valor que demanda la humanidad.