La importancia del mejoramiento genético
El M.V. Diego Grané, asesor del Establecimiento San Eduardo en General Villegas, destaca la importancia del mejoramiento genético en los establecimientos que apuntan a la producción de carne.
En la charla que brindó en la Jornada a Campo organizada por el IPCVA, frente a más de 400 productores de la región de General Villegas, el médico veterinario Diego Grané abordó los criterios de selección utilizados para el diseño de un programa de mejoramiento genético y las herramientas con las que se puede contar para ponerlo en práctica.
De este modo, señaló que "el programa genético de Ganagrin se relanzó hace ocho años con una estructura piramidal que comienza con un núcleo genético que se derrama al plantel de cabañas y, a su vez al rodeo comercial y general", refiriéndose al trabajo que realizan en el establecimiento San Eduardo.
Grané consideró que "en dicho programa es fundamental tener en cuenta la adaptación al ambiente, en particular cuando se trata de la cría, porque se va hacia zonas más rigurosas y ese tipo de animal se debe adaptar al tipo de agua o la presencia de garrapatas, por lo que necesitamos un tipo de animal que esté confortable para ser eficiente en la producción en ese ambiente".
De acuerdo a la explicación del genetista, una de las razas que se adaptan a esas necesidades es la Braford, utilizada por Ganagrin "porque es una excelente raza que nos permite producir carne de calidad adaptada a ambientes muy duros, como el de Echavarría, Corrientes, donde los pastos son muy duros o en Guaminí, Buenos Aires", describió el especialista.
Respecto de los ambientes en los que se trabaja en el norte, Ganagrin utiliza animales más cebuinos, mientras que para los ambientes con campos mejores se utilizan animales con mayor presencia de sangre británica.
"El ambiente en el que se produce la cría tiene que ser el determinante del biotipo para que esa cría sea eficiente y rentable. En la etapa de recría y terminación le creamos un ambiente más favorable".
Otro aspecto muy importante que destacó Grané es la definición del biotipo de animal por tamaño corporal, porque a mayor tamaño los requerimientos nutricionales serán mayores, lo que implica una demanda superior para la oferta forrajera, "por eso debemos buscar vientres moderados para lograr una buena condición corporal, que se preñen, críe y destete un ternero todos los años para alcanzar un novillo bien elástico ya se para el consumo interno o para la exportación" amplió el genetista.
Otra de las claves de este sistema ganadero está en el plantel de vientres, que es el corazón del programa porque permite definir el biotipo, y el toro es la herramienta que nos permite hacer la sintonía fina.
Los objetivos selectivos y de producción deben tener un orden prioritario en especial los de importancia económica y darle un continuidad en el tiempo: "Debemos tener perseverancia y disciplina en las decisiones selectivas, porque nos permiten acortar los plazos y lograr los objetivos propuestos. Por otra parte, es fundamental contar con gente capacitada y motivada en función del programa de trabajo", y agregó, "Con esto logramos el biotipo Ganagrin que nos permite sacar las banderas en las exposiciones, obtener las medias reses para atender los diferentes tipos de mercado, producir genética de calidad para ir a las pistas y generar valor agregado para otras cabañas", cerró Grané.