Buscan reducir resistencia antimicrobiana en la alimentación animal
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) fue anfitrión del "Taller Regional de Políticas asociadas a Resistencia a los antimicrobianos y desafíos para el Sector Alimentación Animal", que se llevó a cabo en un hotel céntrico de la ciudad de Buenos Aires.
La apertura del evento estuvo a cargo de los directores nacionales de Sanidad Animal y de Inocuidad y Calidad Agroalimentaria del Senasa, Ximena Melón y Alejandro Fernández, respectivamente, y los representantes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) Argentina y Mundial de Sanidad Animal (OMSA) para las Américas Jorge Meza y Martín Minassian, respectivamente.
Participaron representantes de las autoridades sanitarias de los 7 países socios del proyecto: Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay.
Durante el taller se analizó cómo impulsar la gestión de Riesgos de la Resistencia Antimicrobiana (RAM) desde el sector de la alimentación animal mediante procesos de diálogos abiertos e interdisciplinarios basados en los conceptos de gobernanza de los siete países sudamericanos.
El auditorio estuvo conformado por expertos del sector público, privado y académico en los diferentes ámbitos de la gestión de riesgos de la RAM desde el sector de alimentación animal, personal técnico de la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe y otras agencias internacionales.
La primera línea de contención de la RAM está representada por un conjunto de medidas destinadas a la prevención de infecciones y con ello a la reducción de la necesidad de uso de antimicrobianos. Dentro de ellas, se encuentran distintas acciones relacionadas con las prácticas avanzadas de alimentación animal, incluyendo el uso de sustancias alternativas a los antimicrobianos.
En consecuencia, la gestión de riesgos de la RAM desde el sector alimentación animal implica políticas de producción y uso de alimentos medicados (en un contexto de buenas prácticas de uso de antimicrobianos), y también políticas relacionadas con las alternativas a los antimicrobianos vinculadas a prácticas de alimentación avanzadas (en un contexto de prevención de infecciones).
