Establecimiento San Carlos

Feedlot salteño con tecnología de punta

Con capacidad instalada para 10.000 cabezas y proyectos de expansión, este feedlot sostiene una continua rotación de ganado.

  El Ingenio San Isidro es el más antiguo de la región en un predio de más de 11.000 hectáreas. Ubicado en Campo Santo, Salta, está en actividad desde 1760, con una industria azucarera consolidada que produce azúcar, miel, melaza y alcohol.

  En búsqueda de diversificar su producción, por un lado, y de aprovechar los descartes de las cañas de azúcar luego de la industrialización por el otro, la empresa puso en marcha un nuevo y ambicioso emprendimiento, que inauguró hace apenas un año: Establecimiento San Carlos, un feedlot que tiene capacidad para albergar 10.000 cabezas y con proyecto de duplicar su espacio en el futuro próximo.

  Para este emprendimiento ganadero, destinaron 60 hectáreas de predio, en el que construyeron 30 mil metros cuadrados entre corrales, patio de comidas y oficinas; 3,5 kilómetros de caminos de acceso y 10 km de cañería para la red de agua.

Cómo es el ciclo

"Esto es un feedlot de recría y terminación, o sea, son ciclos largos de 150 días donde en promedio entran terneros tanto machos como hembras de 180-200 kg, en su mayoría recién destetados o con alguna pequeña recría", explicó Juan Pablo Caro Checa, ingeniero zootecnista, de Gauchos Consultora Agropecuaria y asesor del Establecimiento San Carlos, "Están saliendo aproximadamente entre los 380 y 400 kg. También hay ingresos de animales más pesados con destino a exportación: entran con un peso cercano a los 300 kg y salen con 450, 500 kg".

  A lo largo de su estadía en el feedlot, los animales reciben cuatro dietas: la de recepción durante los primeros 20 a 25 días. Luego ingresan a la recría, donde si son muy chicos se les da un alimento con poca energía y luego se va aumentando esa energía hasta pasar a la recría 2. Finalmente, los animales van a la etapa de terminación, entre 45 y 50 días cuando salen listos para la faena.

"La elaboración de alimentos y demás lo hacemos desde el Ingenio que tiene un predio con una producción de caña de más de 4000 hectáreas, y toda la parte de granos que viene desde otro campo de Ruiz Hermanos, parte del mismo grupo empresarial que está en la zona de Anta", amplió Caro Checa. "La producción viene bien. Es una zona muy sana para un encierre. Lo único malo que tenemos es un régimen de precipitaciones bajo. Trabajamos con cruzas sintéticas, como un Braford bien definido o un buen Brangus. También algún Santa Gertrudis o Bonsmara. Siempre buscamos tener esa rusticidad porque por el clima que tenemos. Nuestros proveedores están en todo lo que es NEA y NOA".

Trazabilidad electrónica: clave para la eficiencia

  En San Carlos, todas las semanas salen animales terminados a la vez que ingresan nuevos terneros para iniciar su ciclo de recría y terminación. El proceso comienza con la puesta de caravanas electrónicas en cada ejemplar luego de cinco días de adaptación al nuevo lugar.

"Una vez adaptados, cuando ya no tienen más estrés, comenzamos con la trazabilidad. Les colocamos caravanas electrónicas donde consta el origen de cada animal, qué día llegaron, con cuántos kilos y vamos llenando de información ese chip a medida que va pasando el tiempo en los animales acá en el feedlot", detalló Santiago Calabró, médico veterinario y encargado de Producción, "Durante los 150 días promedio que están acá, se los pesa cuatro veces y esos datos nos permiten ver cuánto viene ganando de peso -su ganancia diaria-, y la conversión del alimento. Al ser una trazabilidad individual, donde cada animal tiene su chip con sus datos, en algún momento de su estadía podemos llegar a separarlos o reagruparlos de acuerdo a los datos que tenemos. Nosotros los categorizamos mucho por peso y por sexo, con el objetivo de tener corrales uniformes".

  Calabró señaló que este registro también les permite evaluar la calidad de los animales ingresados y definir si se vuelve a comprar al mismo proveedor de acuerdo a los resultados.

  "La caravana electrónica es una inversión, pero lo vale en el manejo porque no perdemos nunca la trazabilidad de estos animales y podemos tomar los datos con mayor velocidad, directo con el bastón que lee las caravanas. Si lo hiciéramos de manera tradicional, sería muy extenso el tiempo de pasar tantos animales por la manga", cerró.

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